Soltero Cobijó el Fraude del
Campamento Tortuguero
Por Rodrigo Aguilera Morales
Especial para Siempre Libres
MAYTO, Cabo Corrientes, Jalisco.- Los ejidatarios de Villa del Mar, del municipio de Cabo Corrientes enfrentan desde hace meses una sórdida batalla legal en contra de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y un par de empleados desleales de la casa de estudios.
Armando Soltero, ex rector parece ser el operador para que la UdeG despoje al ejido de un " predio playero donde opera desde hace ocho años un campamento de protección a la tortuga que, alegan, puede convertirse en una avanzada de la privatización de una playa de 12 kilómetros" .
El presidente del comisariado ejidal, Jesús Romero Pérez, señala que los ejidatarios denunciaron ya ante las autoridades de todos los niveles para que no se dejen sorprender.
Otro empleado de la UdeG el ex presidente municipal de Cabo Corrientes, Macedonio León Corrales, trató de cabildear ante los ejidatarios un contrato leonino a favor de la casa de estudios. León es el actual jefe de Reglamentos del ayuntamiento de Puerto Vallarta por recomendación de Trino Padilla.
“Es cierto que en cierta fecha hace ocho años vinieron los empleados de la UdeG a una reunión de ejidatarios a solicitar el apoyo de un área para el campamento. Se les dijo que sí, que no había problema, pero que se trajeran un contrato, el cual ya traía el presidente Macedonio León junto con el doctor Armando Soltero Macías. Les dijimos que se podían instalar para echar a andar la protección a la tortuga. El problema fue cuando nos presentaron un contrato que no nos convenía y les dijimos que lo modificaran, estando de acuerdo en que si iba a ser un campamento tortuguero nos iba a beneficiar a todos”.
La revista Proceso consigna que "El interés por las tierras de Mayto creció a la par que los desarrollos turísticos vecinos de Chalacatepec, Tenacatita y otras playas de la Costa Alegre. Fue tal, que la empresa bienes raíces Golden intentó obtener las parcelas frente al mar" .
Los diputados de todos los partidos debieron defender Mayto de la avaricia de Emilio González Márquez y la UdeG: "En el número 3821 de la Gaceta Parlamentaria, del 29 de agosto de 2010, los entonces diputados federales por Jalisco (David Hernández, Salvador Caro, Rafael Yerena Zambrano, y Juan Enrique Ibarra Pedroza, entre otros) publicaron que enviarían al gobernador Emilio González Márquez y al Registro Nacional Agrario un exhorto para evitar la privatización de playas donde anidan tortugas, en clara referencia a Mayto. También previnieron sobre el intenso tráfico de parcelas frente al mar" .
El interés de la UdeG es claro ya que los ejidatarios de Villa del Mar narran que "hace varios años –se reunieron durante un fin de semana varios directivos de la UdeG, entre ellos su “jefe moral”, Raúl Padilla López. Hablaron de construir un hotel rústico, con cabañas, para traer turismo europeo, y acordaron convencer al ejido de las ventajas de tal proyecto" .
El interés por la región es tan grande que "Desde hace una década Mayto ha sido visitado por desarrolladores interesados en negociar con los 57 ejidatarios que se encuentran en posesión de 2 mil 80 hectáreas, de acuerdo con una resolución de 1980, a fin de que cedan los derechos de sus parcelas, principalmente las que se encuentran en un tramo de 12 kilómetros de la línea costera".
Se cayó el Teatro
Pero los intereses que detonaron el conflicto quedaron claros cuando hace nueve meses, Armando Soltero Macías (director de la Preparatoria Regional de Puerto Vallarta, de la UdeG, quien al mismo tiempo y sin acudir al lugar funge como responsable del campamento) se enfrenta a muere con el biólogo Israel Llamas encargado del campamento - ya socio de Soltero durante años de negocios al amparo del campamento -" .
Se ha reportado que "Desde hace meses Soltero y Llamas se acusan mutuamente del manejo discrecional de las aportaciones que hacen los visitantes y otros donativos al centro tortuguero. En el campamento, uno de los encargados informó que las aportaciones de los visitantes se le quedaban al biólogo Llamas, pero no precisó cantidades.
Por otra parte, destaca que Soltero Macías no cuenta con reportes de dichos donativos, ni de los ingresos y los egresos, que se manejan con discrecionalidad desde hace ocho años, cuando se instaló el centro.
El dirigente de los ejidatarios, Romero Pérez, señala que ellos no han donado el predio de 10 mil metros a la UdeG, sino insiste que lo facilitaron como préstamo y después no aceptaron el desventajoso convenio que les presentaron la universidad y el ayuntamiento.
Propusieron entonces que en el contrato se estipulara que si el proyecto obtenía beneficios económicos, el ejido participara de ellos. La parte oficial prometió volver con el contrato documento corregido pero jamás lo hizo.
No obstante, dice Romero Pérez, el proyecto creció. “Vimos que traían muchos estudiantes y estaba entrando una derrama económica que quedaba para ellos, los que están al frente del campamento, y nosotros viendo nada más”.
Posteriormente los propios ejidatarios presenciaron los problemas entre el director de la preparatoria y el del campamento. Cada uno visitó a los ejidatarios para obtener su apoyo, pero los campesinos les reprocharon a ambos que no los hubieran tomado en cuenta para nada.
Las fricciones entre el doctor Soltero y el biólogo Llamas empeoraron cuando el segundo consiguió la concesión federal a su nombre y del grupo ecologista Ecomayto, que también busca proteger a la tortuga marina.
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El doctor Soltero y Llamas “se han tirado tan feo que desafortunadamente a los campesinos nos han llevado entre las patas, al grado que la UdeG ha publicado que el ejido la quiere despojar de las construcciones. Pero son mentiras: la universidad no tiene ningún pedazo de terreno aquí. Que nos quieran quitar el patrimonio de nuestros hijos, eso sí se ve un poco triste y no nos vamos a dejar por ningún motivo. Si bien es una institución muy grande, no se vale”.
Por lo pronto, aclara que el contrato de la comunidad de Villa del Mar con el biólogo Llamas está notariado y no se pueden echar para atrás. Por eso se queja de que la UdeG mandara a sus abogados, quienes amenazaron incluso a un hermano de Israel Llamas para que desalojara el predio concesionado. “Si traían alguna notificación debieron haberla entregado y no amenazar. ¿Qué clase de abogados son y cómo es que representan a la universidad?”, reflexiona.
Por eso, insiste en pedir la devolución del terreno. Afirma que la universidad no apoyó al ejido, como se comprometió, excepto por un par de veces que envió a estudiantes para limpiar el área donde están las 40 casas y la escuela de Mayto (el ejido consta de dos comunidades más: Villa del Mar y Tehuamixtle). En otra ocasión la UdeG también obsequió medicamentos al centro de salud, pero en opinión de los ejidatarios esta escasa ayuda contrasta con la recaudación que el campamento obtiene por el flujo de estudiantes que llegan en camiones y aportan entre 300 y 500 pesos por cada uno, sin que los dueños del terreno se beneficien.
Para colmo, el ejido solicitó al doctor Soltero un informe sobre el número de tortugas que nacieron en cautiverio y que fueron liberadas, así como la cantidad de huevos recolectados, a fin de conocer el alcance del programa que se desarrolla en el campamento desde hace ocho años. No recibieron respuesta y sospechan que ese registro no existe.
Tampoco la Delegación de la Secretaría del Medio Ambiente en Puerto Vallarta informó a los ejidatarios de las acciones en el campamento de Mayto para proteger a la tortuga marina que desova en sus playas. Romero Pérez comenta que no obstante la UdeG colocó letreros “insultantes” para advertir que el campamento es un área restringida, cuando no le pertenece a la institución.
Finalmente, señala que los lugareños no quieren que ahí suceda lo que en Campo Acosta y José María Morelos, donde la ambición de los promotores de tierras y desarrolladores (incluyendo al gobierno de Emilio González Márquez) dividieron a las comunidades y ni aun así han sacado