viernes, 12 de octubre de 2018

Ser Regidor(a) o ser Presidente Municipal NO Implica Renunciar a la Profesión u Oficio

EL V PODER
Por Rodrigo Aguilera Morales

Ser Regidor(a)  o ser
Presidente Municipal
NO Implica Renunciar
a la Profesión u Oficio

Ayer compartí en este espacio mi desprecio por todas y todos aquellos que se atreven a criticar a quienes deciden cambiar de militancia partidista.
Si los matrimonios se rompen, si las y los mejore amigos cambian sus intereses, si Trump se reunió con Kim Jong Un y si Cristiano Ronaldo se fue del Real Madrid es exactamente por la misma razón: Los seres humanos deciden con base en conveniencias particulares.
Escribí que en Vallarta es larga la lista de actores y actrices políticos que han cambiado su militancia partidista al no encontrar en sus partidos políticos originales espacios para seguir desarollando sus carreras.
Hoy un tema similar me trae ante los ojos de las y los lectores: El trabajo de las y los regidores.
Ni Juan Solís dejó de comprar oro (sin importar de donde) ni  melolengo Lalo Croc dejó de ser líder sindical, ni el fallecido Armando Soltero dejó de ser pensionado de la UdeG ni el desaparecido (literalmente) Beto Infonavit dejó de ser usurero y estilista ni Fernando González Corona dejó de ser empresario ni Javier Bravo, maestro. Tampoco Pedro Ruiz abogado, Rafael Yerena líder sindical o Rodolfo Domínguez Monroy empresario en la venta de materiales.
El ser regidor o regidora del ayuntamiento de Puerto Vallarta es un privilegio. Un sueldo excelente a cambio de una sola responsabilidad: Presentarse a las sesiones de Ayuntamiento y cumplir con el trabajo en comisiones.
Si a alguien le da envidia, ofende, hace sentir pobre, triste o enojado el que haya quien puede meterse 70 mil pesos al mes por realizar un trabajo "de unas pocas horas" es natural. Lo mismo sucede en todos los niveles del trabajo "legislativo".
Si no les gusta a las y los ciudadanos vallartenses lo que ganan sus regidores y Presidente Municipal que le pidan a su diputado local que impulse una iniciativa en laque se les baje el sueldo, así de fácil.
La ley es clara en lo que les exige a quienes forman parte del cabildo vallartense y atacar a una regidora, Mane Díaz Romero, una vallartense de cepa porque ella no requiere de la nómina municipal para vivir es una cobardía más de quienes le quitan grandeza al gobierno actual.
Sé, porque conozco al Presidente, que no es Arturo Dávalos quien promueve esos odios, son os ardidos y ardidas de siempre. Quienes tienen hambre ancestral y a quienes les arde el éxito de otros y otras.
Pero deberán hacer chile con el rabo. Mane obedecerá la ley y la ley no le obliga a dejar su trabajo, lícito, productivo, como no se lo ha obligado a otras y a otros, como Susana J. Mendoza como "reportera", Pedro Mendoza (+) como maestro, o, hablando de maestros al Profe Miche a dejar sus actividades empresariales o como pensionado.
No las dejó Ismael Macías (+) como empresario, tampoco lo hará Saúl Orozco como turistero en el área de viajes turísticos por la bahía.
No lo hizo Rodolfo Hurtado, tampoco Ramón Ruelas en su tiempo como líderes sindicales. No lo hizo como abogado Miguel Angel "Tito" Yerena, no lo hizo el "Gorila" Famanía como médico cobra seguros. No lo hizo Magaly Fregoso como parásito social. Menos tendría que hacerlo una dama de familia como Mane Díaz.
Pero, les decía del único caso que pudo configurar como conflicto de interés, el único causal de renuncia hubiera sido hace 18 años cuando un litigante era Senador de la República, Diego Fernández de Cevallos.
La información decía así: El más famoso legislador y litigante de la política mexicana, Diego Fernández de Cevallos, rechazó que una eventual reforma legal lo coloque en la disyuntiva de optar entre sus clientes y sus responsabilidades como senador de la República.
"No creo que esa sea la disyuntiva. Habrá que esperar a ver cómo viene la ley, pero en todo caso habré de acatarla. Espero, por elemental sensatez de diputados y senadores y por el bien del Congreso, que la nueva ley precise las incompatibilidades entre el trabajo de los legisladores y ciertas actividades privadas, para que no se cometa la locura por cierto muy bien vendida hasta ahora de que los legisladores deben abstenerse de toda actividad privada, lucrativa.
El reportero recordó al ex candidato presidencial que en 1939 Manuel Palacios Macedo le dijo a su amigo Manuel Gómez Morín, que entonces hacía preparativos para fundar el PAN: "Cierre usted su despacho, ciérrelo, señor licenciado, y entonces creeré en usted". Luego el reportero preguntó: "En su caso, senador, ¿es aplicable la misma cuestión? ¿Usted tendría que cerrar su despacho para que la gente creyera en usted o para que la gente que dejó de creer en usted, le devuelva la credibilidad? ¿Usted no ha considerado la disyuntiva de elegir entre sus electores y sus clientes?
"Para mí es una falsa disyuntiva. Hay que revisar el pasado del Congreso mexicano, para encontrar en la historia que los legisladores que más y mejor han servido desde el Congreso a México han seguido ejerciendo sus actividades profesionales. Entre los más brillantes figuran Benito Juárez, Belisario Domínguez, Ignacio Vallarta, Manuel Crescencio Rejón, Luis Cabrera, Antonio Díaz Soto y Gama y, más recientemente, Adolfo Christlieb Ibarrola, Bernardo Bátiz y muchos otros, como Heberto Castillo, que siguió ejerciendo su profesión de ingeniero y de contratista en muchos negocios vinculados al gobierno".
El objetivo, agregó Fernández de Cevallos, es reducir los márgenes de tráfico de influencia y los conflictos de interés, pero no se debe prohibir el ejercicio de las profesiones. "Hay países donde no sólo se permite, sino se exige que los legisladores tengan modo honesto de vivir, como es el caso de Suiza, precisamente para evitar que predomine el tipo de políticos vividores de la política, que sólo dentro de la administración pública y del Congreso pueden hacerse de algunos dineros".
En el caso suyo, a diferencia de Juárez y otros, lo que dicen varios medios informativos y periodistas, es que usted trafica con su influencia planteó el reportero.
Sí, eso lo puede decir cualquier pícaro o cobarde, pero ninguno ha presentado las pruebas y las que se señalan como tales, por ejemplo la sentencia contra la Secretaría de la Reforma Agraria se dio muchos años antes de que yo fuera senador. Por más que lo he dicho, insisten en que obtuve eso como senador. Esa es una acusación cobarde, de embusteros, tracaleros, poco hombres.
El coordinador del grupo senatorial panista dio a conocer que desde hace varios meses trabaja con un grupo de más de 40 estudiosos del Derecho, con el propósito de elaborar un anteproyecto de ley contra el tráfico de influencia y los conflictos de interés, pero días antes su correligionaria y compañera de escaño Luisa María Calderón había presentado otra iniciativa con idéntica finalidad.
Frente a ese hecho, Fernández de Cevallos se propuso, según dijo al reportero, "por prudencia y porque es mi obligación como compañero de ella y coordinador del grupo parlamentario panista, evitar que sobre la polémica se haga otra polémica".
Sin embargo, expuso: "Lo importante no es lo que diga la senadora Calderón o lo que proponga Diego Fernández de Cevallos. Lo trascendente es que pueda haber una legislación moderna, adecuada a la realidad de México, que se apoye en experiencias internacionales, sin imitaciones extralógicas".
En lo personal, agregó, "me atengo a lo que en su momento pueda decidir el Congreso. Sé que hay una carga directa contra mí. La he resistido y la voy a seguir resistiendo, porque no he violado la ley y no he transgredido a mi conciencia".
En la actualidad, ¿cuál a su juicio, senador, es el problema más serio, el tráfico de influencias o el conflicto de intereses?
Las dos son cuestiones que se dan en todas partes y que, a pesar de lo que diga el jefe de Gobierno, López Obrador, se van a seguir dando, porque es imposible acabar con estas figuras morbosas, negativas e ilegales, como es imposible acabar con los demás delitos. Lo que debe haber es una legislación moderna que los evite al máximo. Pero pretender acabar con el tráfico de influencias o con el conflicto de intereses es una sandez. Será un buen propósito pero no es posible acabar con ellos en ninguna parte del mundo. Escucho que algunos de mis detractores ponen como modelo a Estados Unidos, y tal vez sea el país de la Tierra que va más avanzado en el tráfico de influencias y en el conflicto de intereses, nomás que allá le llaman cabildeo. Eso es lo que aparece arriba, pero aguas abajo, todo mundo sabe cómo se procesan los intereses de las grandes corporaciones, lo mismo sean del orden laboral que económico.
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