La Habladora que Calló y Cayó

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Más pronto que el cojo del proverbio cayó la sociópata –y para desgracia de la ciudad (y hasta del “Mochilas” que la hizo comadre) —regidora al Ayuntamiento vallartense Susana J. Mendoza.

Susana J. Mendoza poseedora del toque del "Rey Mierdas"

A las primeras de cambio se le insubordinó al alcalde con el pretexto de que Ramón Guerrero estaba siendo “demasiado blando” contra las “corruptelas” de su antecesor, cuando en realidad su pleito era para tratar de incluir a 30 personas en la nómina del municipio. Práctica que en sus tiempos de reportera Susana J. condenaba y denunciaba en sus largos y cansados monólogos radiofónicos.

Pero con “Mochilas” se topó por primera vez en pared: El alcalde no estaba dispuesto a que nadie le tosiera y de tajo le cortó el agua.

Susana J. quien ya se hacía participando del botín de obras públicas con reparto de contratos para su esposo Federico de los Santos (como lo hizo con Gustavo González Villaseñor en Vallarta y Roberto Palomera en Talpa –por citar a algunos extorsionados--) se quedó trinando.

Reaccionó con virulentas filtraciones contra Ramón Guerrero para el portal noticioso Reporte Indigo, pero le resultó como sus sueños da clavarse los pagos de los ex braceros: Inútil.

Durante su nefasto paso por la oficina de edil, ladrillo en el que se ha mareado hasta la guácara, Susana J. sufrió un golpe mortal: A su codicioso patrón durante más de 15 años, Luis Carlos Mendiola Codina, le retiraron la concesión de la radiodifusora La Explosiva de manera fulminante. Susana J. que se las daba de influyente y chucha cuerera para los trámites quedó en ridículo cuando a quien le mató el hambre ancestral que arrastraba le quitaron hasta el permiso de ir al excusado.

Negocio Explosivo

Humillada pero no derrotada, experta en el arte de “no dar paso sin huarache” el juego se le terminó a quien usara como alias de batalla “Susana Carreño”, ya no hay “Explosiva” a dónde regresar cuando termine el trienio. Por eso, con el hambre apretándole --a ella y a su anciano ex patrón Luis Carlos Mendiola Codina—la dupla satánica ideó un último y desesperado intento de gestión.

Se trataba de bordar sobre un viejo tema en el que Mendoza había estado insistiendo –pronto se sabría por qué—el meterse con concesionarios y distribuidores de gasolina a quienes atosigaba y buscaba como afectar en lo económico para su beneficio “periodístico”.

Los Embargó Sacal

Y decía que el hambre les apretaba a los ex - explosivos al grado de que sin el respaldo de la radio, con el negocio de los espectaculares arrasados y sin la cuota de “chayote” que aportaba Mendoza a la empresita de Plaza Marina, la casa del viejo ojete Mendiola no tardó en ser embargada por Elías Sacal. Luego se supo que el anciano nunca pagó nada por la propiedad en Isla Iguana --y todavía quería que le tomaran a cuenta “publicidad”--. El poderoso Elías se meó de la risa en el viejito Mendiola, ese que dejó a su esposa –una gran dama ya fallecida-- por su secretaria y pasó a embergo, digo embargo las “oficinas propiedad de La Explosiva” en Plaza Marina y los departamentos en el mismo inmueble ocupados por personal de la empresa –y la propia Mendoza Carreño--.

De nuevo J. Mendoza y su “investidura” su “liderazgo social” y su “influencia” ¿Qué decir de la del anciano Mendiola Codina? No sirvieron para nada y están a punto de ser expulsados de los inmuebles que Sacal le compró a Banamex como deuda (Marina Vallarta incluida).

La Horma de su Zapato

La espiral descendente en la que ya se encontraba la Susana J. se agravó luego de que muy tarde se dio cuenta de que había topado con pared –y de plano no ha vuelto a ser la misma-- desde que se encontró con la horma de su zapato (Sergio Schmidt) a quien quiso extorsionar por haberlo confundido con el empresario que opera el Teatro Vallarta.

Schmidt no se tragó las ofensas de Susana J. y la denunció y le ha seguido el proceso de forma tan sangrienta que ya la tiene prácticamente  inhabilitada para ocupar cualquier cargo en los próximos dos lustros.

Luego del tropezó con Schmidt Enrique Alfaro ya le dijo que no quiere nada con ella. En el PRI la tolera por lástima Gustavo González Villaseñor (en recuerdo del dinero que le prestaba para gasolina Susana durante la primera campaña del ahora dirigente del PRI por la diputación local).

Susana J. tampoco puede presumir de liderazgo social, su última intentona de “tomar el quiosco” quedó en un ridículo enorme cuando la “huelga de hambre” de un grupo de malos empleados municipales despedidos se prolongó más allá de lo que cualquier persona podría aguantar sin alimentos (los manifestantes resultaron tan tragones como Susana J.) y de plano tuvo que ser suspendida (la protesta) luego de que se dieran cuenta otra vez, que Ramón Guerrero no se dobla. La única “gente” de Susana son dos o tres a los que acostumbró a suelditos de cinco mil pesos –con cargo al erario—entre ellos su secretaria –por cierto mucho más preparada que ella-- Miriam Mariel y el actor y activista gay Edgar Treviño.

Mala Como Candidata…

Pésima como servidora pública. Y es que si Susana era chayotera como periodista (me consta, asaltábamos juntos). Fue mala como candidata y es pésima como servidora pública. Su ignorancia supina combinada con resentimiento de clase y revanchismo contra la sociedad son una combinación que la sociedad ha rechazado una y otra vez. Además de los señalamientos de sus tratos brutales contra sus hijos –a quienes traía a cuestas en una hedionda suburban del año del caldo—su grosera prepotencia nunca terminó de gustar ni siquiera a los que “beneficiaba”. Siempre el trato al ciudadano era de condescendencia y humillación. De buscar el beneficio fácil (como cuando en el cierre de su campaña en 2006 rifó un automóvil que resultó usado y que le había comprado Susana J. a su hermano). Molacha, incontinente y con sobrepeso intentó retomar su paso en la radio. Nunca más volvió a rendir ($) lo mismo o a ganar una elección.

Pero detuve el relato del último intento de atraco de Susana “Last Vegas” para ella y el viejo Mendiola y quizás la más grave: Fingir que se protegía a la ciudad para sacar raja personal. A propios y extraños sorprendió que Susana J. pidiera presidir la Comisión de Protección Civil cuando –como de prácticamente todo—no sabe un carajo del tema. Pero a los gasolineros no. Susana iba tras el dinero líquido azuzada por el viejo Mendiola Codina.

Desde ese espacio fingió ir contra las pipas de gasolina y los expendios que cubrían todas las normas de Pemex, cuando en realidad Mendoza operaba para proteger una bomba de tiempo peor que cien pipas doble tanque juntas: Un centro de acopio de gasolina --propiedad de un ciudadano Robles a la que Susana J y su patrón el anciano Mendiola quisieron verle la cara de p… perdón, de mina de oro--. Pero el tiro les salió por la culata y… el centro de acopio gasolinero fue clausurado de forma terminante… así como los espectaculeros, así como la estación de radio.

Las razones, simples e irónicamente Protección Civil, Susana J. promovía  la operación de ese concentrador de millones de litros en una ubicación muy cerca del Colegio Americano, del Aeropuerto, de la misma Plaza Marina, de los nuevos hoteles y de la colonia Villa Las Flores.

La propia Susana J y su incondicional Nicoyota acudieron a tratar de quitar los sellos de clausura en la instalación que defienden “gratis” JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA traían un amparo el cual no sirvió para nada al ser un hecho consumado la clausura (de nuevo le ganó la ignorancia a Mendoza).

El Toque del Rey Mierdas

No sé cuantas pruebas más quiere Susana J. de que Dios no la quiere y de que la maldijo con el toque del Rey Mierdas, que no Midas, todo lo que toca Susana J. lo convierte en excremento: Ahí están como ejemplo  La Explosiva, los parabuses que nunca logró para su patrón Mendiola Codina, los espectaculares que les barrieron y que suplicó a “Mochilas” volver a instalar. El caso Thomas White a punto de revertirse con el abogado Borrego al que Susana J. involucró en el caso en la cárcel y que fue utilizado por Mendoza Carreño. El toque de Mierdas se siente en el fracaso de las estaciones de radio que rentó Mendiola y Susana “condujo” en Guadalajara. Sus dos candidaturas a diputada perdidas por paliza, su departamentito miserable en Plaza Marina embargado por Elías Sacal. Su regiduría una colección de ridículos (como su “informe”) en los que ha votado a favor de todo lo que le ha pasado el alcalde Guerrero con tal de preservar a sus gatos en l nómina. La derrota del “invencible” Paniagua y su candidato en 2011 –al que Susana J. le coordinaba la campaña fueron na señal clara de que el tiempo no la había perdonado--. Y bueno, en el caso de Susana  no hay futuro tanto en lo periodístico como político el mañana es inexistente. Este es el legado, la historia que Susana J. dejará. La historia de la habladora que calló y cayó.

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