EL QUINTO PODER
POR RODRIGO AGUILERA MORALES
CIUDAD DE MEXICO, Especial para SIEMPRE LIBRES.- Que si Alfaro está sacando raja política de la crisis que provoca la pandemia en nuestro estado.
Que si Tontoñito decretó la ley seca en Nayarit para provocar contrabando de alcohol y ganar aún más envenenando al pueblo como lo ha hecho su familia con la coca cola.
Que si el Peje mal informó a la población, actuó tarde y por su culpa morirán miles.
Que si Alfaro se robó ya 20 de los mil millones de pesos más con los que endeudó a Jalisco con el pretexto del Coronavirus.
Vivimos tiempos oscuros en los que como población ya no creemos en nuestros líderes.
Y bueno, se lo han ganado ¿Cómo creer que Alfaro y su equipo de patanes nos van a cuidar del coronavirus? ¿Cómo, si no pueden con el dengue, la influenza y el sarampión? ¿Cómo, si Alfaro es sinónimo Nacional de corrupción y rechazo? ¿Cómo en Tontoño que parece que se le cayó al doctor al nacer y no le llega ni a los talones en carisma y huevos a su padre?
¿Cómo en el Peje que tiene tantos frentes abiertos que no se sabe si va o viene?
¿Cómo mantener la calma si nos informamos de lo que está sucediendo - - las muertes por miles—en países mucho más avanzados que nosotros EEUU, Italia, España?
Sí, la crisis desnudó la verdadera crisis, la política, la de liderazgo. En Jalisco y Nayarit despreciamos a los que gobiernan y en el ámbito federal la polarización hace imposible confiar en el ejecutivo.
¿Qué nos queda? Lo adelantaba el viernes:
Creer en nuestros políticos locales.
Los que no se van a ir cuando terminen su cargo. Los que tienen familia en las ciudades que gobiernan. Los que buscan con seriedad seguir en sus carreras políticas y sus vidas cuando pase esta etapa oscura.
Hay que escuchar y confiar en Arturo Dávalos, en Jaime Cuevas, en Prisciliano Ramírez, en Luis Munguía, en Paco Sánchez, en Laurel Carrillo.
A todos los veo haciendo un esfuerzo adicional para apoyar a su pueblo para pasar esta crisis.
En ellos hay que confiar, en ellos hay que creer. Por lo pronto, ya lo escribí, están todos ellos concentrados en que no falte de comer en la mesa de nadie. Y eso, en estos momentos, puede ser la diferencia.
Del Tapabocas
Les dejo un comentario sobre el uso (o no) de cubrebocas/mascarillas que escribió una compañera mía de la Preparatoria (adelanto: Es para que lo usen):
Realmente me desconcierta mucho haber recibido tantos mensajes en los últimos días pidiendo que diera mi opinión sobre este tema. Sobre todo, porque la mayoría de las personas con las que me conecto en Facebook, se desenvuelven directa o indirectamente en los campos de la medicina, la odontología y/o la ciencia básica. He recibido mensajes al estilo: “¡Doctora, por favor, díganos qué debemos hacer! La OMS dice que no los debemos usar, López-Gatell ya dijo que no hay evidencias de que sirva de algo utilizarlos, pero leímos unos artículos que dicen lo contrario y ya no sabemos qué hacer”.
De entrada, con todo respeto y cariño, si son o han sido mis alumnos, les mando desde acá un coscorrón súper bien plantado. No me voy a tomar el tiempo de escribir un tratado sobre la utilidad de los cubrebocas en el control de las infecciones, porque me parece una verdadera necedad. Mejor les hago algunas preguntas para que se las contesten solos y saquen la conclusión que, desde un inicio, debería haber sido obvia e intuitiva para todos:
Si los cubrebocas/mascarillas no sirven para controlar la transmisión de las infecciones:
¿Por qué un cirujano que realiza —digamos— una cirugía rutinaria como podría ser una colecistectomía por laparoscopía, se coloca un cubrebocas en el quirófano? (aquí la intención es proteger a quien no porta el cubrebocas, es decir, el paciente).
¿Por qué desde hace décadas, uno de los dogmas centrales en el control de infecciones durante la realización de cualquier procedimiento odontológico, es la utilización de cubrebocas por parte del clínico? (aquí la intención es proteger tanto a quien porta el cubrebocas, como a quien no lo porta: paciente y clínico).
¿Por qué una de las indicaciones principales que se hace a los pacientes seriamente inmunocomprometidos cuándo tienen que deambular por donde hay otras personas, es que se coloquen un cubrebocas? (aquí la intención es proteger a quien porta el cubrebocas).
¿Todavía son tan ingenuos como para pensar que, en la OMS, como en cualquier otra gran institución u organismo —incluyendo la iglesia católica, la ONU y todas los demás—, en donde existen ‘jaloneos’ de poder, todos los que toman decisiones son querubines, discípulos de la madre Teresa de Calcuta, y que no se mueven los intereses económicos y políticos muchas veces por encima de cualquier otro interés?
¿Necesitan que ‘papá López-Gatell’ les dé luz verde y autorización para protegerse a ustedes mismos, a sus familiares, y a la gente que los rodea, de una enfermedad que los puede llevar a morir? ¿Acaso el afán por la obediencia, rebasa el sentido común?
¿Requieren que yo —o quién sea— les escriba un tratado sobre el tema para tener un ‘arma’ que les permita justificar el uso de medidas preventivas que de antemano saben que son efectivas, con tal de esquivar las posibles críticas de una multitud de ignorantes? ¿Acaso el temor al ‘oso’, supera el instinto de supervivencia?
Contéstense las preguntas anteriores y si después les queda duda de lo que opino sobre el uso generalizado de cubrebocas por parte de toda la población que deambula fuera de sus hogares, entonces mándenme otro mensaje para que se los explique con dibujitos.
Habiendo dicho lo anterior:
De ninguna manera, enfatizo: DE NINGUNA MANERA, estoy sugiriendo que la población general debe utilizar mascarillas de alto rendimiento como las N95. La población general ni siquiera las sabe utilizar correctamente y, muy importante, hay una escasez mundial de este tipo de mascarillas que son indispensables para la protección del personal médico, que debe en todo momento tener prioridad. Si tienen este tipo de mascarillas, lo mejor que pueden hacer, es correr a su hospital más cercano y donarlas. Tampoco estoy sugiriendo que salgan a comprar una reserva de 5,000 cubrebocas de ningún otro tipo, y que con ello contribuyan al desabasto que es tan problemático en este momento para el personal de la salud que está en el frente de batalla.
Por otra parte, si van a fabricar sus propios cubrebocas o comprar un paquetito en la farmacia o en dónde sea, utilícenlo siempre que salgan de casa, desde luego, pero no se sientan entonces inmunes. Tampoco son perfectos los cubrebocas. No los exenta de guardar distancia de otros, de lavarse las manos, de no tocarse la cara, etc. Es sólo una medida preventiva adicional, no una medida que sustituya a alguna otra. Hay que seguirlas todas, y entre más medidas se sigan, mejor. Ninguna medida o acción que sea conducente a evitar los contagios y disminuir la propagación, es exagerada en este momento.
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