¡Increíble! Morena Vallarta Tendría Dirigencia Antes que el Movimiento Muy Marrano

EL V PODER
POR RODRIGO AGUILERA MORALES

¡Increíble! Morena Vallarta
Tendría Dirigencia Antes que
el Movimiento Muy Marrano

Por inesperado, increíble y todo lo que se le pueda adjetivar el partido que va por su tercer trienio gobernando Puerto Vallarta ni oficinas, vamos, ni dirigencia tiene. Hace unas semanas su "líder" in-moral el #Traidorzuelo Enriqeu Alfaro dejó las filas del instituto --aunque en la semana aplicó la de la Chimoltrufia-- y trató de hacer creer que él no dijo lo que claramente dijo: Que se largaba de emecé luego de haber usado al partido conocido como Movimiento Muy Marrano, para llegar a Casa Jalisco.
El tema es preocupante, desde hace casi seis meses la Coordinación Municipal de Movimiento Muy Marrano está vacante. La regidora Susana Rodríguez es mencionada en todos los análisis como la que está llamada a ser la cuarta dirigente del Movimiento MM luego de que ocuparan el cargo, sin pena ni gloria, Leticia Baca, Jaime Castillo y Gusta BuFong.
No se sabe cuando Susana sería nombrada dirigente de emecé en Vallarta --ni por quién-- y el proceso, obviamente, no será ni siquiera pintado de democrático.
Mientras tanto en MORENA Vallarta ya corren las amonestaciones, como en las iglesias, para iniciar el proceso de nombramiento de dirgente, hay seis aspirantes hasta el momento y los MORENOS se van a reunir en una crucial asamblea municipal en la que ya tendrán representantes electos (regidores y regidoras, diputada federal y diputado local) el que viene a levantar la mano es nada menos que Carlos Lomelí y será resuelto el tema en semanas.
Los de MORENA Vallarta presumen también la mayor militancia de la región como partido: Casi 10 mil de aquí al cierre de año.

Hablando de Carlos Lomelí:
Le Ganó Feo al Traidorzuelo

Toda esta semana, desde que el #Traidorzuelo Enrique Alfaro decidiera cortarle a la peda de semanas que se agarró los jaliscienses atestiguamos una disputa de poder en la que Alfarín salió perdiendo feo contra Carlos Lomelí.
Lomelí será el verdadero Gobernador de Jalisco, designado desde ya como Delegado Federal Unico, a cargo de lo que hacían antes que él una veintena de empleados del Presidente de la República. Traerá un presupuesto de 80 mil millones anuales, línea directa con el Peje y con las bancadas de MORENA en San Lázaro y el Senado de la República.
La lucha puede llegar a ser perjudicial para los intereses genuinos de quienes aquí vivimos y padecemos problemas agobiantes que reclaman coordinación eficaz y no discordias institucionales. Como ayer lo puntualizó el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, la institución presidencial concentra atribuciones para hacer, transformar o reestructurar los modelos y las formas de ejercer sus facultades a través del aparato administrativo federal.
Al residir el Poder Ejecutivo en una sola persona, su ejercicio se delega en figuras que van desde el secretariado que integra la administración central, hasta la diversidad de instancias en las que puede legalmente delegar o desconcentrar funciones y atribuciones. Hoy son dos los grandes alegatos en la agenda pública y ambos con cierto grado de verdad.
Por un lado, es cierto que Andrés Manuel cuenta con el respaldo constitucional y de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para realizar la designación de coordinadores generales en cada una de las 32 entidades federativas, únicamente requeriría que se lleve a cabo una reforma legal que establezca esta nueva figura y que no debería tener mayor contratiempo por la mayoría con la que cuenta Morena en el Congreso.
Sin embargo, por otro lado también es cierto que esta medida acota la autonomía de los gobiernos estatales sobre todo en un nivel político, ya que estas nuevas figuras fungirían como el vínculo entre la Presidencia y los estados, es decir como intermediarios, lo que sin duda resta poder político y de gestión a los gobernadores.
Sin embargo, por otro lado tenemos instrumentos como los planes municipales y los planes estatales de desarrollo que son fundamentales para dar orden y sentido a las administraciones gubernamentales. En el caso de Jalisco, por ejemplo, a nivel estatal contamos con el Plan Estatal de Desarrollo con un diagnóstico regional que tiene una proyección al año 2033, es decir con una visión de largo plazo del rumbo de la entidad en distintas materias.
Asimismo, Andrés Manuel López Obrador ha venido conformando el Plan de Desarrollo 2018-2024 de la Federación. Este documento, concentra los lineamientos para el desarrollo del país con una visión a seis años, donde se plasma el rumbo que tendrán las políticas federales en algunos ámbitos como el combate a la pobreza, la recuperación de la paz, el desarrollo sostenible, la seguridad, entre otros temas o ejes transversales que provienen de las necesidades más profundas de los mexicanos.
En este sentido, tanto los planes de desarrollo municipal como los planes estatales deberían estar alineados a la planificación federal, en este caso al Plan de Desarrollo 2018-2024. De esta forma sería factible darle un mismo rumbo a las administraciones públicas locales con las nacionales y con ello, al menos en la teoría, los esfuerzos y políticas públicas deberían abonar a los fines y propósitos establecidos desde la federación.
Con esto en mente y ante la polémica propuesta del presidente electo de reorganizar el aparato burocrático eliminando a las delegaciones federales existentes para conformar una oficina general con un coordinador en cada estado, cuyo fondo es procurar reducir la burocracia como medida de austeridad y, por otro lado, ejercer un control para la transparencia del ejercicio del recurso federal en las entidades, es decir, el combate a la opacidad y la corrupción, es importante también considerar que los coordinadores al ser figuras de descentralización del Ejecutivo en los estados, también deberían ser las figuras que den seguimiento puntual a los ejes o lineamientos establecidos en el Plan de Desarrollo Federal y vigilen la eficacia de las políticas federales implementadas en los estados y a su vez, que las obras, políticas y acciones estatales estén alineadas a los fines y propósitos federales para dar rumbo, alineación y certeza a las políticas públicas del país.
Cada estado tiene sus características propias y necesidades particulares, por lo que esta figura propuesta más allá de dimes y diretes de control político, debería tener la pericia y los conocimientos técnicos necesarios para lograr que su entidad realmente transparente el ejercicio de los recursos de la Federación pero, además, logre evaluar y consolidar la alineación estatal a los objetivos nacionales y en conjunto, lograr que México ahora sí camine hacia un mejor mañana.

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