El V Poder
Por Rodrigo Aguilera Morales
González Lomelí, la Marrana
Pintadita Que Atraca Desde
Turismo Vallarta
A un día de que se cumplan cien dela administración que PRESIDE el ingeniero Arturo Dávalos Peña #Cepillo en Puerto Vallarta el saldo es positivo. A pesar de todos los pesares Dávalos demostró la sapiencia que le ha dado el tener tres décadas en el Servicio Público y con eso y su inquebrantable amor por la ciudad pasó el momento más difícil : El temible arranque en octubre con los presupuestos acabados y los compromisos inacabables. Ya habrá tiempo de analizar quien sí y quien no dio el ancho en este segundo gobierno de Movimiento Ciudadano en Puerto Vallarta.
Pero ni los escándalos de las trácalas de Magaly Fregoso, ni el deshonroso despido de El Rayo Sergio Rodríguez en El Pitillal, vamos, ni el misterio que rondó la llegada de JJ Campoy a la Policía vallartense se compara con el descrédito que le está provocando al Presidente Dávalos el pendejo que tiene como Director de Turismo.
Ramón González Lomelí es el nombre del, repito, PENDEJO, que le ha estado tratando de ver la cara al #Cepillo vendiéndose como especialista en promoción turística cuando lo que fue hace mucho mucho tiempo fue un burócrata estatal mediocre y corrupto en los tiempos en que Vallarta se vendía solo en los mercados turísticos nacionales y extranjeros.
Desde que salió del gobierno de Jalisco (el siglo pasado) González Lomelí se había dedicado a realizar un fracaso tras otro tras otro en negocios de poca monta.
Su última gracia era dar conferencias motivacional es y “capacitaciones” a empresas que hacían llorar a las empleadas y empleados más sensibles.
Y no crean que era por las dotes de orador o motivador de Ramón González Lomelí, no, era por su pinta de sepulcro blanqueado, su olor a viejo, su aliento pútrido su cojera de lesión vieja no tratada bien por pobreza, y, sobre todo por esa ridícula obsesión del imbécil González Lomelí de pintarse lo que le queda de cabello, barba, bigote, cejas y pestañas de un tono antinatural supongo que será el Caoba de L’Oréal que popularizara Rafael Yerena la década pasada (antes de migrar, claro, a productos más caros).
González Lomelí es el terror de las doñitas en Farmacias Guadalajara ya que el botijón melolengo lo primero que hace cuando le dan lo que nos roba de quincena es ir por diez cajitas del mentado tinte capilar.
Dávalos, seguramente por una mezcla de lástima por ver jodido y fracasado a un amigo de su familia, y por no meterse en broncas políticas le dio trabajo al anciano Ramón cuando desde todos los flancos las señales eran que estaba comprando caro a un puerco del que sólo el zurrón pintado de caoba quedaba.
Pero nadie se esperaba la clase de alimaña que resultaría González Lomelí. En estos cien (casi) días de Gobierno se ha anotado muchos “logros”.
Pero empecemos desde los más recientes y que más lastimaron la imagen del Ayuntamiento de Puerto Vallarta: El puerco cojo y pintado González Lomelí, en su afán de hacer cualquier negocio que lo saque de pobre, se echó encima a los restauranteros del Malecón de Puerto Vallarta a quienes amenazó insultó y amagó con perjudicar en plena temporada decembrina.
Resulta que el Puerco Lomelí trató de apoderarse del programa de mesas de restaurantes en el Malecón, asunto que los propietarios de los negocios en esa zona llevan cabildeando desde los tiempos de Salvador González Reséndiz.
Habían logrado cabildear un programa de toldos y mesas uniformes para todos los locales, sin anuncios, sin publicidad, respetando la imagen del Malecón.
La prueba piloto resultó un éxito y el alcalde Dávalos les dio luz verde a los restauranteros para que siguieran sacando sus mesas lo que provocó un aumento en ventas del 30 por ciento aproximadamente.
Eso hizo brillar los ojitos de cerdo pintado – y cojo – a Jamón González Lomelí, quien ni tardo ni perezoso ya se hacía vendiendo la publicidad de las sombrilla y mesas. Lomelí hizo cuentas alegres y pensó que por fin podría pagar su implante… de cadera. Pero ¡Oh decepción! Los ojetes restauranteros vallartenses no cedieron a su cochino plan. Muchos años les había costado lograr el aval de un alcalde y no iban a dejar que un culero, un pendejo, un don nadie, como Ramón González Lomelí se los echara a perder.
Jamón se lanzó entonces en contra del gremio restaurantero del Malecón. Dijo que por sus huevos (que ya le cuelgan hasta las rodillas) iba a quitarles las mesas. Que “no sabían con quién se metían” y que él era el único que sabía cómo resolver la virtual muerte económica del centro.
Obviamente los restauranteros, que no son ningunos dejados y que están curtidos en cuanto a acabar con funcionarios pendejos, mandaron directo y sin escalas a inflar burros por el pivote a González Lomelí. Fueron directamente con el Presidente Municipal, le expusieron a “Cepillo “ la situación y éste les dijo que a González Lomelí lo mandaran mucho a mingar a su chadre.
Los restauranteros del Malecón de Puerto Vallarta pagaron en Tesorería los derechos por colocar sillas en la acera y el puerco González Lomelí se quedó sin negocio.
El “Reglamento” de
la Marrana Pintadita
Pero no paró ahí el protagonismo estúpido y las ganas de transar de la marrana pintada Lomelí. Ardido porque en ningún sitio encaja, el vejete decidió redactar y “poner en práctica” un “Reglamento del Malecón”sancionado nada más y nada menos que por la Dirección de Turismo.
Sin consenso con los regidores y regidoras, sin trabajarlo con Sindicatura, la “ Marrana Pintadita” se erigió (según él) en la “máxima autoridad”en todo lo referente al Malecón. Sobra decir que dicho “Reglamento” es más falso que el color de pelos de González Lomelí.
El Equipo de Arturo
Desprecia al Cojo Infeliz
González Lomelí no participó en la campaña de Movimiento Ciudadano en Puerto Vallarta por lo que su llegada al equipo es vista como un insulto a quienes se la rajaron para lograr que Cepillo se sentara en la silla más codiciada de la ciudad. Pero eso no es todo lo que hay que decir de la Marrana Pintadita. El tipo es un gorrón de marca al que ya muchos establecimientos le ponen cruces cuando lo ven llegar cojeando. El último sitio donde Lomelí fue a aplicar el “no pago” con la charola de ser el “señor Director de Turismo” fue De Santos en donde comió y bebió como si fuera rico y a la hora de pagar se hizo como es (bien pendejo) y ni la propina dejó. Sobra decir que Amutio ya le fue con la queja al alcalde Dávalos quien de nuevo tuvo que poner su cara para cubrir a su estúpido colaborador.
Transó al Cuetero
con 40 mil Pesos
Las dagas de Lomelí no se limitan a sus abusos en restaurantes también se le anda escondiendo a un conocido cuetero de la ciudad a quien estafó con 40 mil pesos en fuegos artificiales y la Marrana Pintadita no le pagó ni un quinto argumentando que “los del Fideicomiso”(de Turismo) lo tienen bloqueado y “no le autorizaron”. La realidad es que Lomelí no siguió el procedimiento adecuado y los que manejan el dinero del impuesto al hospedaje mandaron al “Puercojo” al mismo sitio que los restauranteros del Malecón: A chingar a su madre.
Intentó Intimidar
al Fideicomiso
Al inicio de la administración de Arturo Dávalos el “Puercojo Pintadito” lanzó “tronantes declaraciones contra los integrantes del Fideicomiso que administra el impuesto que se cobra por habitación a los visitantes. Pero nunca propuso nada en concreto, quería González Lomelí que los del Fideicomiso le abrieran la llave, pero, para no variar y no perder la costumbre, los dueños del dinero para la promoción de la ciudad lo mandaron por segunda ocasión a donde los restauranteros del Malecón: A chingar a su madre.
Norma Furlong al Relevo
Todo está puesto para que el imbécil profundo de González Lomelí (alias la Marrana Pintadita o el Puercojo) se convierta en la primera baja del 2016 en el gabinete de Arturo Dávalos. “Jamón” es un perfecto imbécil menos útil al Ayuntamiento del Puerto que la caca de las palomas en la escultura de Ignacio L. Vallarta.
Por lo pronto el relevo de González Lomelí sería de lujo y le daría equidad de género al equipo de Arturo Dávalos Peña: Se trata de la - ella sí experimentada y exitosa- turistera Norma Furlong.
A Arturo Dávalos no le conviene en su equipo un pendejo que ya se peleó con hoteleros, restauranteros y el Fideicomiso de Turismo, que busca sacar beneficios más allá de su sueldo, que se dedica a querer cacarear huevos que evidentemente él no pone (como los camiones de basura que se gestionaron ante Zofemat, que políticamente le representa nada y que por su edad y lamentable estado de salud carece de capacidad de trabajo. Es cuestión de poco tiempo para que González Lomelí regrese a dar “pobrerencias”.
CONTACTO: Whatsapp 55 48 99 42 82 Twitter @RODRIGOAGUILERA - FACE: https://www.facebook.com/ELCUARTOPODER web http://elcu4rtopod3r.blogspot.m
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