Carta abierta a los
dirigentes del PRI local y a los ciudadanos,
a propósito de una forma más positiva de hacer política.
a propósito de una forma más positiva de hacer política.
Algunos priistas pretenden sorprenderse
cuando ven esta imagen que ellos mismos editaron: aparezco junto a una señora
mayor que carga sobre su cabeza la leña que necesita para su hogar.
Probablemente así lo ha hecho durante años y seguramente lo seguirá haciendo. Ellos
esperarían que yo apareciera cargando hipócritamente la leña para salir en la
foto y luego dejar a la señora continuar su camino con su carga otros cuantos kilómetros
más antes de llegar a casa. Yo creo que el escenario que muestra ésta fotografía
es más valioso así, sin hipocresía: la realidad de la gente más desafortunada
de Vallarta, que todos los días lucha en las peores condiciones para salir
adelante y que quizás la mayoría de nosotros, pero sobre todo los gobiernos
priistas que anteriormente padecimos, prefirieron ignorar. Un rostro duro de
nuestro puerto, al que el actual Ayuntamiento, en el que yo mismo participo
como regidor, no le puede sacar la vuelta; una realidad que asumimos aunque sea
incómoda, porque sólo mirándola con honestidad, sin fingimiento, de frente, es
como podemos empezar a transformarla.
Más que nunca, es necesario hacer una
remembranza histórica para el entendimiento del contexto actual.
¿Qué historia cuenta esta foto? Es
diciembre del 2012, mis compañeros y yo tratamos de acercarnos a los vecinos de
la Delegación Las Palmas, generar simpatía a través de un detalle, cuando una
señora cargada de algunos leños se acerca a nosotros a que le obsequiemos un
gorro. La señora es un ejemplo de fortaleza y, sin tambalear, se da el lujo de
llevar su carga con una sola mano; la imagen es inspiradora, un compañero
captura el momento. En mi opinión, la historia va más allá: nos habla de
colonias enteras que viven sin servicios, de largas caminatas para procurarse
lo indispensable, de miles de ancianos que no cuentan con nadie, que no tienen
una pensión y que al final de toda una vida de trabajo no tienen más que su
propia fuerza y su voluntad; nos habla del desarrollo desigual de nuestra
ciudad, del abandono por parte de quienes nos han gobernado, de la falta de
oportunidades e integración.
Existen otras formas de ver ésta imagen:
hay quienes, desesperados por recuperar sus privilegios, ven la oportunidad de
mejorar su posición política degradando la de los demás; pretenden ganar con
intrigas y calumnias lo que no quisieron defender con honestidad y con trabajo;
buscan desprestigiar a quienes se les adelantan en la opinión pública, porque
en su momento olvidaron los compromisos asumidos y se dedicaron a cultivar sus
intereses; quieren que todos compartamos la mala reputación que ellos se
ganaron, para matar la esperanza de la gente en nuevos líderes, en nuevas
formas de hacer política, en una comunidad diferente. Vallarta se merece más
que campañas sucias en las que se pierda en un baño de lodo toda perspectiva,
la oportunidad de decidir en base a propuestas, información veraz, formas de
gobernar y resultados.
Dado lo anterior, entendiendo que
dignificar la esencia de la política es hoy una demanda prioritaria de los
ciudadanos de éste municipio, de éste país, me permito invitar a los líderes
del PRI local, y de los demás partidos, a que le otorguemos a los vallartenses proselitismo
de calidad; que entre todos hagamos un esfuerzo por cambiar lógica de los
procesos políticos, que demostremos con responsabilidad, que les presentemos
alternativas y no chismes o injurias malintencionadas, insultos, desplantes
homofóbicos y todo tipo de cinismo tan propio ya de la politiquería. Ahí está
el reto.
Mientras tanto, nosotros seguiremos
acercándonos a los barrios más olvidados, de cara a la gente, allá donde nadie
quiso ir, donde están los que tienen conciencia y memoria, escuchando, observando,
vinculando y resolviendo, para no repetir la historia, porque ese es el mandato
que nos dieron los vallartenses y como servidores públicos seguiremos
retribuyendo esa confianza con trabajo.
Me Mueve Vallarta.
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