lunes, 20 de abril de 2020

Dictadurade Alfaro:El Día Uno



EL QUINTO PODER
POR RODRIGO AGUILERA MORALES


CIUDAD DE MEXICO, Especial para SIEMPRE LIBRES.- Para quien no conoce a Enrique Alfaro (sobre todo en el centro del país) la decisión de utilizar la fuerza pública para imponer, en los hechos, un toque de queda luce espectacular. 
El pánico, miedo, terror, o precaución son los sentimientos que privan entre la ciudadanía, no sólo de Jalisco, sino de todo México ante lo desconocido - - la epidemia que enfrentamos-. 
Alfaro, oportunista, utiliza ese pretexto para, en un golpe mediático, jalar los reflectores nacionales - - desde ayer con su “espectacular anuncio” lo logró--. Le tundieron una santa madriza en las redes sociales. 
Dictador, narco, Mussolinni de rancho, huachicolero, corrupto, fue de lo menos que le endilgaron. 
Repito, a mí no me sorprende el anuncio de Alfaro, detrás de su ofensiva mediática está la última apuesta que está jugándose hacia el 2021 y 2024.
En su caso, y el de sus secuaces, es una apuesta de libertad o cárcel. El alfarismo es sin duda el peor gobierno en la historia de Jalisco.

Gobierno Más 
Endeudado 

Las cifras en muertes violentas, secuestros, asaltos, impunidad, Feminicidios, muertes por dengue, influenza dan cuenta de un sexenio fallido. 
También está el hecho de que en sólo 16 meses, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, ha endeudado más a nuestra entidad federativa que sus antecesores en todo un sexenio, a razón de 15.5 millones de pesos diarios. 
En marzo del 2019, —a tan sólo cuatro meses de haber tomado el cargo— el mandatario jalisciense, endeudó a Jalisco con un crédito de 5 mil 250 millones de pesos para un programa de obra pública y comunicaciones para el estado, que lleva por nombre A Toda Máquina, y cuyo principal beneficiario es el empresario Guillermo Romo Romero, captado junto a Enrique Alfaro Ramírez, durante un partido de basquetbol de los Lakers, en Los Ángeles, California, según información publicada por el diario NTR de Guadalajara.

Veinte Años 

Este préstamo fue negociado a 20 años con Banorte y Banobras y el acta de fallo se dio en junio del 2019, con una tasa de 8.18 y 8.22 por ciento, respectivamente, lo que en ese momento deja la deuda pública estatal acumulada en 19 mil 791 millones de pesos.
Y aunque ese fue el crédito más abundante, no fue el primero. En diciembre de 2018, a días de llegar al cargo de gobernador, Alfaro usó la atribución discrecional de contratar préstamos a corto plazo y obtuvo uno por 800 millones de pesos para adelanto de participaciones a los municipios; pero sólo se ejercieron 600 millones y el préstamo fue pagado el año pasado.
El 10 de febrero de este año, el mandatario jalisciense solicitó un préstamo quirografario, a pagarse en un año, por un monto de 600 millones de pesos, —según el fallo a favor de BBVA que cobrará 7.49 por ciento de intereses— para cubrir “necesidades de corto plazo”.
Y recientemente volvió a utilizar esa figura para obtener un crédito por hasta por hasta mil millones de pesos, —lo que se convertirá en el cuarto préstamo obtenido por la actual administración en 16 meses— para apoyo a comerciantes informales, pequeñas y medianas empresas y productores maiceros, que están necesitados de recursos para hacerle frente a la pandemia del Covid-19. 
Esto aparte de las brutales medidas recaudatoria que impuso en derechos y cobros estatales como Refrendo vehicular, verificación, licencias y todo lo relacionado con tránsito. 

Blindaje Político

Claro que ante ese nivel de atraco a las finanzas Alfaro busque desesperado un blindaje político. 
Y lo va a lograr en el corto plazo, podrá esconderse tras la epidemia pero la crisis es transitoria, regresaremos a la realidad de un estado que ya venía herido de muerte por la corrupción y la violencia criminal (ante las que Alfaro no hace nada). 
Viviremos unos días en los que Alfaro se lucirá reprimiendo a quienes no pueden quedarse en casa sino quieren morirse de hambre, como cuando mandó marear estudiantes, apartalugares o vendedores ambulantes. 
Pero regresaremos, decía,  al Jalisco arrasado de la Refundición, con un panorama en el que pesará además la crisis económica y social que dejará la pandemia. 
Para quienes todo lo están perdiendo, millones de Jaliscienses, Alfaro no tiene nada más que un discurso pedante y agresivo, de confrontación contra un gobierno federal con el que no ha podido, no puede y podrá. 
Por último, añado una nota sobre el tema de otra cortina de humo del Alfarismo “el salir del pacto federal”. 
La realidad es que bajo la bandera de que el pacto fiscal es “injusto”, Alfaro y otros gobernadores de estados ricos buscan modificarlo para continuar omisos a hacer su trabajo a costa del sufrimiento de estados pobres.
Un poco de contexto: En México todos los estados, ricos o pobres, forman parte de un “pacto fiscal”. Este pacto, a grandes rasgos, implica que todos los impuestos federales que se cobren (como IVA o ISR) independientemente de en qué estados se cobren, son puestos en una bolsa común. Esta bolsa se reparte entre las entidades federativas dependiendo su necesidad, no lo que aportaron. Esto le parece injusto a los estados más ricos, que aportan más.
Lo que no nos dicen los estados ricos es que adicionalmente, cada entidad, tiene la posibilidad de recaudar sus propios impuestos estatales y municipales. Sin embargo, la gran mayoría, por una combinación de flojera y por quedar bien con sus votantes, han decidido no hacerlo. No cobran predial porque no quieren invertir en mejorar el catastro. No cobran tenencia porque no quieren afectar a sus votantes con autos de lujo. No cobran nada porque no quieren crear oficinas de recaudación serias, ni rendir cuentas en sus estados sobre cómo usan esos recursos en su estado.
Básicamente, los estados han decidido vivir de estirar la mano de las fórmulas federales.
El “pacto fiscal” no es perfecto, pudiera ser aún más redistributivo y basarse en resultados. Pero eso no es lo que piden los gobernadores de estados ricos. Las fórmulas no les gustan porque el dinero de la bolsa común no se reparte de forma proporcional a la riqueza del estado, sino con base en cuánta necesidad de gasto público hay en cada territorio.
Tampoco les gusta que los impuestos locales sean más difíciles de cobrar (como el predial) o el impuesto a la nómina. O que requieran crear más impuestos. Algo que, por cierto, no estaría de más dado que México es el país que cobra menos impuestos de la OCDE. El problema es que nos hemos acostumbrado a un país donde solo la clase media paga impuestos.
Hoy, ante la emergencia del COVID-19, los estados de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Jalisco están intentando modificar el pacto fiscal. No es la primera vez que lo hacen, cada año los estados ricos se quejan del pacto y cada vez se quejarán más.
Esto se debe a que cuando en 2007 se modificaron las fórmulas de repartición de impuestos federales, se determinó que año con año, esta se haría cada vez más de acuerdo a la población del estado (a sus necesidades) y cada vez menos de acuerdo su nivel de recaudación (su nivel de riqueza). La intención era dar más recursos a quien más los necesitara y crear incentivos para que los estados incrementalmente aumentaran su recaudación de impuestos locales. No lo hicieron.
Lo que los gobernadores omiten en toda la discusión del pacto es que están metidos en este embrollo porque no quisieron incurrir en el costo político de hacer su trabajo: cobrar impuestos locales. De acuerdo a datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), los gobiernos de Jaime Rodríguez Calderón, el ‘Bronco’; Enrique Alfaro, Francisco García Cabeza de Vaca y Miguel Ángel Riquelme Solís solo recaudan el 14% de los impuestos locales.
Más aún, los gobernadores piensan que el IVA y el ISR que se recauda en su territorio fue por valor generado en su mismo territorio, pero eso no necesariamente es cierto. La industria de los estados ricos ha crecido y es competitiva gracias a la mano de obra de los trabajadores de estados pobres. Sin trabajadores del sur, muchas industrias del norte no funcionarían. Nuevo León incluso recluta policías de estados del sur para proteger a su gente. Así, ningún producto que se venda en estados ricos es el resultado exclusivo de su producción sino de la acumulación de valor que se va generado con el apoyo de estados más pobres.
Los estados ricos también omiten mencionar que dentro de sus propios territorios tienen a muchas personas muy pobres que se benefician del pacto fiscal. De hecho, de acuerdo con el CONEVAL, en Coahuila, Jalisco, Nuevo León y Tamaulipas el 9% de la población es vulnerable por tener ingresos demasiado bajo, esto es más (¡no menos!) que a nivel nacional donde solo es el 7%. No todo Jalisco es Guadalajara, no todo Nuevo León es Monterrey, y no todo Tamaulipas es su frontera.
Si se va a repensar el pacto fiscal que sea con el objetivo de hacerlo más redistributivo y motivar a las entidades a que recauden más impuestos locales, no solo para crear un México más desigual.
En fin, todo mal en el Jalisco de la Dictadura de Alfaro que hoy entra en su día uno, veremos pronto los resultados de esta nueva agresión del gobernadorzuelo a las y los jaliscienses. 
CONTACTO: Twitter @RODRIGOAGUILERA Whatsapp: 3222752901 (NUEVO NUMERO) FACE: https://www.facebook.com/RodrigoAguileraOficial/ En la web: http://elcu4rtopod3r.blogspot.mx

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