EL QUINTO PODER
POR RODRIGO AGUILERA MORALES
Tras mucha especulación mediática y en los corrillos políticos de la región se llevó a cabo ayer la primera audiencia, en carácter de conciliatoria, entre comunicadoras de la empresa CPS MEDIA, antes Tribuna de la Bahía, encabezadas por la ex directora del conocido medio en Puerto Vallarta, Noemí Miriam Zamora Reinoso.
El careo al que llegaron las periodistas y su representante legal, Sandra Quiñones, se llevó a cabo en las oficinas de la Procuraduría Para la Defensa del Trabajo en esta ciudad en la que tanto quejosas como parte acusada dieron a conocer sus argumentos iniciales y pretensiones tanto económicas como laborales de las que se concluye lo siguiente:
Teóricamente Noemí Miriam Zamora Mendoza no ha sido despedida por la empresa propiedad de Fernando González Corona, el muy percudido magnate de los tiempos compartidos y al menos una docena de otros negocios.
No hubo acuerdo entre las partes y todo se decidirá este viernes.
El caso resulta de interés ya que, además de tratarse de conocidas periodistas de la región, se da en el contexto del ya muy cercano Día de la Mujer.
El maltrato, acoso y otras linduras que se dieron por parte del tenebroso vejete David Cuevas García también empleado de Fernando González Corona gravitan en el ambiente y sin duda le darán la puntilla a la moribunda empresa de televisión y radio de González Corona, que, como se ha comentado muchas veces en este espacio nació muerta ahora que González enfrenta las nuevas reglas fiscales y laborales en las que no le gusta trabajar.
El lamentabilísimo legado tanto de González Corona como David Cuevas se sigue pudriendo ya que Noemí y su co denunciante tienen todas las de ganar y serán la gota que destapará la cloaca del fracasado negocio de medios de Fernando González Corona.
Al anciano Cuevas García se le cayó todo el corriente tinte de cabello que utiliza cuando se dio cuenta de que tanto en contenidos, ventas y audiencia, como ahora en lo legal, CPS MEDIA a su cargo es un rotundo fracaso.
Después del viernes la historia completa y los entretelones de esta historia que desnuda y exhibe a González Corona como un Rey Midas al revés, todo lo que toca lo convierte en mierda, y a su lamentable esbirro David Cuevas García. Ambos ya deberían estar cobrando su 60 y más y dejar de estar acosando a sus trabajadores y trabajadoras.
Alfaro en Sentido Contrario
Había un chiste, viejo y malo, de una persona que manejaba en el periférico cuando escucha una alerta en el radio: “Tenga precaución, hay un auto en sentido contrario circulando a alta velocidad en carriles centrales del periférico”. Haciendo un gesto de hastío, el conductor apaga el radio y se dice a sí mismo: “Mentirosos. ¿Uno? Son un montón”. Algo similar le sucede al gobernador Enrique Alfaro, a quien cada vez le cuesta más trabajo entender por qué los ciudadanos circulan en un sentido opuesto al que marcha.
Me gusta usar la analogía de la popularidad de un gobernante como el tamaño de la pala del timón de una embarcación. La popularidad no es para la satisfacción del poderoso, aunque sin duda se regodeen en ella. La popularidad sirve para hacer los cambios trascendentes, para hacer que la nave cambie de rumbo, a ser posible con suavidad. Cuando la aprobación baja, como es el caso de Alfaro, quien de acuerdo con la última encuesta de Consulta Mitofsky anda en 31 por ciento (en la misma casa encuestadora López Obrador tiene 55 por ciento), se vuelve más complejo gobernar. El encargado de guiar los destinos de Jalisco siente el timón cada día más rabioso, cada momento responde menos a sus intenciones, el esfuerzo es mucho mayor y el resultado menor. Nadie pone en tela de juicio, por poner un ejemplo, el esfuerzo del gobierno en materia de seguridad o desaparecidos, pero lo que nos toca a los ciudadanos, pasajeros de este barco común, no es aquilatar las intenciones sino los resultados y somos nosotros quienes debemos exigir y señalar cuando éstos no son suficientes, aunque ello frustre al timonel.
Cuando esto sucede, cuando el barco o el gobierno no responden, comienzan los gritos y los señalamientos. Para Alfaro los culpables, cuando no son los medios, son periodistas con nombre y apellido, los empresarios que “quizá” contaminan, los criminales que vienen de fuera. No será luchando contra viento y marea, aplicando más fuerza y manotazos como Alfaro podrá conducir la nave al puerto deseado. Solo el capitán y el gobernante experimentado entenderán que cuando se pierde respuesta en el timón hay que gobernar el barco usando otras variables: la primera y más importante de ellas es la estabilidad.
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